Él.

Sabía que ese día llegaría,
sin mediar palabra,
la mentira existía,
y la llama de lo que fue,
oscurecía al acabar el día,
en mi alma,
profundas heridas se abrían,
me iba apagando,
y no entendía,
no quise escuchar,
lo que mi corazón decía,
su voz,
suave murmullo,
centinela fiel,
rompió el hechizo,
me estremecí,
desperté de la mentira,
y comprendí que tus palabras,
fueron vacías,
que tu oscuro corazón,
carece de calor,
frío como el hielo,
inmutable al amor,
cazador de sentimientos,
sembrador de almas muertas,
cabalgas sin remedio,
al mismo infierno,
tu infierno...