domingo, 13 de septiembre de 2015

Una última carta.

Después de largo tiempo, vuelvo a escribirte unas palabras que quizás no leas.
Hemos estado diciéndonos adiós desde el primer día en que nos conocimos, no me daba cuenta, fue como un juego o realmente, fue un juego. Fuiste siempre mi fantasma de la opera particular, ibas y venías sin apenas darme cuenta. Es curioso como cambian los años ,el tiempo ,las heridas ...No hay mejor medicina, es cierto, he leído tu carta, tu breve despedida , otra más,¿ La definitiva? No soy esa que piensas... Llegó a mi porque así lo ha decidido el destino y no es rencor lo que siento, se que sabes demasiado bien que es y no niego mis arrebatos, estos, son parte de mi... provocados por ti. Siempre fuiste un imán para desencadenar la tormenta dormida en mi... Por eso me alejé cuando me di cuenta de que nunca me quisiste...Claro, eso lo vi con el paso de los años, cuando cayó la venda de mis ojos y pude ver con claridad. Apenas recuerdo, quise ,desee tanto olvidar que mis recuerdos son apenas perceptibles pero no siento rencor, aquello forma parte de una especie de  mal sueño y así queda pero no juzgues mis palabras, mis actos porque me dices que veré pasar tu nombre en silencio y que no sufra... No sufro, tampoco te sientas molesto si percibes silencio cuando leas mi nombre pues será como si vieras un espíritu. El espíritu de alguien que quiso ser y pereció en el intento pero que ganó una batalla que pensó perdida: tu.

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